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Europa y la desindustrialización. Orígenes, estrategias y responsabilidades compartidas para un futuro competitivo

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Europa y la desindustrialización. Orígenes, estrategias y responsabilidades compartidas para un futuro competitivo

Desde los años 80, Europa ha visto cómo la deslocalización en busca de costes más bajos debilitaba su tejido industrial y aumentaba la dependencia de otras economías. Tras los acontecimientos recientes, hemos padecido las disrupciones en las cadenas globales de suministro y nos hemos damos cuenta de que el camino de la desindustrialización debe ser revertido con urgencia.

¿Cómo? Con una estrategia que nos permita recuperar nuestra posición y asegurar un sector industrial fuerte y sostenible.

Las estrategias son claras:

  • Relocalización de sectores estratégicos mediante incentivos fiscales y apoyo financiero. Desarrollando zonas industriales estratégicas. Simplificando regulaciones y trámites. Apoyando las sinergias entre empresas.
  • Impulso a la digitalización: Adopción de Industria 4.0 para mejorar la productividad.
  • Infraestructuras sostenibles: Invertir en energías renovables y redes de transporte eficientes para reducir la dependencia energética y las emisiones.
  • Fortalecimientos de las PYMES: Ofrecer acceso a financiación y simplificar regulaciones para estas empresas que representan más del 99% del tejido empresarial europeo.

Cada uno tiene un rol en esta misión:

🔸 Administraciones: Crear políticas que faciliten la relocalización de las empresas y alinear la oferta de formación con las necesidades reales. Exigir a terceros países los mismos estándares de calidad, seguridad y sostenibilidad que cumplen las empresas europeas. Esto asegura un mercado justo y protege la competitividad de los productos europeos.

🔸 Empresas: Invertir en innovación, sostenibilidad y capacitación de sus equipos.

🔸 Consumidores: La elección de productos europeos no solo apoya a nuestras empresas, sino que impulsa la creación de empleo, refuerza nuestro sistema social y reduce la dependencia de economías externas. Al consumir local, contribuimos a una Europa más sólida, resiliente e independiente.

Conclusión:

Europa está en un punto de inflexión. En un momento en el que la competencia parece estar marcada por una batalla entre EE.UU. y los países asiáticos, Europa no puede permitirse ser un mero espectador. La reindustrialización necesita de todos: administraciones, empresas y consumidores.

El futuro puede ser incierto o lleno de oportunidades, ¿Qué elegiremos? 🚀